sábado, 16 de abril de 2011

LA SILLA

Nunca se era un escritor. Uno tenía que convertirse en escritor cada vez que se sentaba a la máquina. No era tan difícil una vez sentado frente a la máquina de escribir. A veces lo que era difícil era encontrar aquella silla y sentarse en ella. A veces uno no podía hacerlo.
Ch. Bukowski


Finalmente, en un rincón de mi pieza, me armé un refugio, un pupitre de escuela entre la biblioteca y la ventana, contra la pared.
Junto a la ventana, el bajo con el que hace una pila de años jugaba a ser Lemmy.
En la pared, de arriba a abajo, un afiche de AC-DC, otro de River y tres cuadritos pequeños: una foto de Hemingway y Fidel dándose la mano durante un torneo de pesca, en 1961; un Clemente dibujado de Caloi que dice Salud, Quique; la sobrecubierta de la primera edición de The Little Sister, by Raymond Chandler.
Contra la biblioteca: un muñeco de Ozzy, un destapador, un garabato hecho por Juana; y tres fotos: Juana a upa de mi mujer; Onetti y su biblioteca; Mika Etchebehere, capitana del POUM en la guerra civil española.
Sobre el pupitre mi compu; un portalápices de madera con un lápiz negro y un marcador; un sacapuntas; una botella de whisky casi vacía; un frasco de tinta negra; una lapicera a fuente.
Ah, frente a todo, una silla.

Kike
Buenos Aires, 15 de abril de 2011

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